3 de marzo de 2006

¡Y más nieveeee!

Que me encanta, que quede claro. Pero a estas alturas del año, y teniendo en cuenta que estamos en Kalmar, que no está especialmente al norte del país, choca que ayer estuviera todo el día nevando y hoy la ciudad haya amanecido con una bonita capa blanca (añadida al hielo que quedaba de las anteriores, que no olvidemos que estaba por todas partes) de unos 15 centímetros. ¡Mola!

Y esque caminar de noche sobre la nieve, sin hacer ni un ruido, pisando el acolchado manto blanco mientras oyes tu música y te fumas un cigarro antes de ir a dormir, merece ser descrita. Yo por lo menos ni me entero del frío. Me trae recuerdos de la infancia bastante agradables (estamos sensibles hoy, si, qué pasa) y me hace estar un poco más cerca de ese mundo que a veces pecamos de olvidar cuando vivimos en una gran ciudad.

Dejando esta happy-introducción aparte, estoy bastante hasta arriba de curro. Irse a Londres casi una semana decidiendo las fechas un mes antes sin saber lo que te vas a saltar cuando te vayas tiene estas cosas. Que se llevan con gusto, no digo que no, pero ahí están. Del trabajo de los robots a prepararme los laboratorios de dos asignaturas, y el examen de otra, todo se lleva mi tiempo. (¡Mientras escribo esto ha empezado a nevar en condiciones otra vez! Veo máquinas quitanieves por las calles desde la ventana de la facultad). Pero será como todo, echarle narices y adelante.

A por la siguiente ola, que diría el otro. Pues allá que vamos.

Saludos a quien lo lea.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

fresquitos dias!
vaya, vaya, no nos vemos pero seguimos teniendo tu optimismo!!

Comparto contigo lo de la nieve, es de esas cosas capaces de desanimarte un lunes por la manyana y sin embargo pueden hacerte sentir vivo una noche, solo se que cd vuelva a ver el verde de los parques echaré de menos el blanco.

Dispuestos a comernos el mundo

Anónimo dijo...

que afeminado

Aitor dijo...

Simplón.