15 de febrero de 2007

Pilas cargadas y ahora la típica lista de propósitos...

... que uno se hace cuando la que tenía hasta el momento no ha funcionado (o sido tan agradecida) como debiera.



Mindungueces aparte, acabo de volver de un viaje post-exámenes por las tierras escandinavas que tanto he echado de menos. Gracias a los dos Migueles por acogernos durante esos días tan nostálgicos para unos, reveladores para otros, y creo que agotadores (curioso esto de cargar las pilas cansándose) para todos.




Es que esto es lo que pasa cuando uno quiere salir de juerga por las noches y sin embargo ser un turista ejemplar durante el día. El viaje comenzó en Goteborg, y Goteborg que nos vimos, archipiélago simpático incluído. Increíble el solazo que nos hizo ese día. Por la noche, discoteca que te crió, por supuesto. Gracias García Baquero, quien quiera que seas porque no te conozco, por prestarnos la habitación. Sin tí no hubiera sido posible pernoctar tan cerca, bien, y barato.

Atención a la puesta de sol.


Al día siguiente, más Goteborg y viaje a Copenhague en Bus, conocimos a los compis de Miguel (Pozo) que estaban celebrando un cumpleaños en la residencia-container, y más discoteca.

Copenhague me flipa. Desde que la conocí hace año y medio, cada vez que he ido (cuatro veces con ésta), no ha hecho más que sorprenderme y encandilarme más. Una ciudad en la que todo está relativamente cerca (estamos hablando del centro y de sitios de interés, sirenita aparte), tiene unos edificios realmente preciosos y una oferta cultural realmente embriagadora. Conocimos una discoteca electro bastante buena, un escenario en Christiania al que se subieron desde jazzeros y bluseros, a reggaeros, pasando por pastelosos guitarreros, una disco reggae con música en directo, un garito de blues de los de pedigrí, en fin... una maravilla.


Un viaje agotador, pero buenísimo. Que así deberían ser todos, vaya, que vamos a estar aquí dos días y no son para pasárnoslos en una habitación con vistas al mar y una playa privada. Al menos, no todavía, y espero que por mucho tiempo.

Ah, por cierto, si alguna vez tenéis que hacer un viaje a algún país friolero de éstos, por favor, no llevéis una bota con un agujero en la suela, llevaos un abrigo algo más consistente que una cazadora de cuero aunque en Madrid os parezca que no va a hacer tanto frío y hayáis vivido un año en Suecia como para saber que sí que lo va a hacer, y aunque parezca innecesario advertirlo, si tenéis que comprobar la consistencia de una capa de hielo sobre un charco/lago/estanque, procurad no hacerlo con el pie.

No hay comentarios: